martes, 7 de diciembre de 2010

Noche de domingo.

Por fín me decidí a crear un blog con una contraseña que recuerde. Y es que múltiples de mis escritos andan por allí, perdidos la web, quizá plagiados por alguna maraña de gente sin creatividad ni conciencia, o quizá olvidados por que los nombres de mis blogs son extraños. Quien sabe. Es como las tortugas, que dejan sus huevos en la playa, con la creencia y esperanza de que sus crías lleguen a la mar, ignorantes de las gaviotas, los cangrejos, y varios cazadores bípedos que se roban el motín para venderlo luego con jugo de naranja, alegando supuestas propiedades curativas (mire, ya no va a necesitar las pastillitas azules!)  y extinguiendo a estos bellos reptiles. Supongo que a mamá tortuga le importa un bledo, o quizá es la simple conciencia de saber que si paso media noche pariendo (pariendo digo, por que al final es un parto) más de cien huevos, le queda la certeza de que al menos uno sobrevivirá, para prolongar la especie. Curiosa manera de trabajar de la naturaleza, pero es inevitable adoptarla. De todos modos, mis historias, en general, son mitad real, mitad cuento Nunca sabrá nadie si lo que escribo es completamente falso, a menos que yo lo diga.

Anoche me dormí tarde, ridpiculamente tarde, solo para tener pesadillas con un par de lentes de montura cuadrada. Irónico, casi los vi corriendo con tijeras. Sin embargo, la razón de mi desvelo no fue otra que una pesadilla en la noche del domingo, quizá debida al desvelo del fin de semana, y la combinación de desayunar un burrito de pollo spicy de Taco Bell a las 5 a.m. el sábado...
Estaba en mi cama, serena, plácida, oyendo como shakira cantaba que está loca por su tigre, y buscando una emisora más decente...mi iPod estaba sin batería, por lo que no me quedó mas remedio que tratar de dormir con la música de mi celular (de la cual ya estoy aburrida) o poner la radio, lo cual explica por que estaba oyendo que alguien borró por ella. En un estado de limbo (ni domida, ni despierta, o como dirían, a punto de doblar si me tomo otro) sentí que algo se movía bajo las sábanas, un contacto no frío, como dicen muchos, sino suave,  tibio, pero profundamente irritante e incómodo. Recuerdo haber gritado con todas mis fuerzas (lo cual resplada la idea del sueño, por que no ví aparecer a mi madre con un bate de beisbol o mi vieja raqueta de tennis en la puerta de mi habitación, probablemete hubiese roto el cristal de la puerta) y al abrir los ojos, haber visto una figura alta, completamente oscura, solo una silueta, con el pelo completamente alborotado, y lo que parecía una sonrisa. Realmente no vi nada, solo supe que sonreía, pero no de forma afable y dulce. Al compás de un "Angel de mi guarda..." recitado, empecé a patalear y a lanzar golpes al aire, como diciendo-¡LARGO DE ACÁ, IDIOTA!- entonces, me desperté de lleno, dudando si moverme o no. Me sorprendió la idea de que en sueños, creyera que un par de puñetazos inexpertos (sin contar mis lejanos años en el karate) iban a disuadir a un espíritu del mal de comerse mi chi o algo así. Supongo que son los asaltos de la conciencia, aunque últimamente no he hecho nada malo.

El punto de toda la historia de los encuentros del tercer tipo es que, la noche del lunes, yo era un manojo de nervios y no podía conciliar el sueño. Me habían mandado a apagar las luces a las diez de la noche (momentos en los que extraño la quietud de mi apartamento cerca de la universidad) y tuve que obedecer. Al final, es la casa de mi madre y "mientras viva bajo su techo vivo.... bajo sus re-glas!". O algo así. De todas formas, estaba esperando la lluvia de estrellas. Dejé mi compu hibernando y fingí que dormía. Cuando escuché el habitual sonido de la pesada puerta de madera de su habitación cerrándose, salté de mi cama al sofá, y abrí esa miniatura de computador. De inmediato, al facebook, para evitar pensar en cosas mas trascendentes y entretenerme con la publicación de hechos triviales. El Twitter se me hace aún mas inútil, no me interesa saber que Sheldon Cooper va al baño a las 8:20 a.m. Me conecté a msn, por que tenía necesida de hablar con alguien, y me encontré a mi ágel de la guarda, nos pusimos a hablar por videoconferencia, detesto teclear si puedo evitarlo para hablar con alguien, es bastante impersonal. Ello provocó que me diera muchsísimo sueño, porque pude calmar mis nervios alterados, ese hombre es un genio. Eso es el humor marica, nervios de punta ante la menor provocación. Después, me encontré con otro amigo, que es para quien escribí esta historia, por que me inspiró con la suya...con la típica historia chapina. Leerla fue lo primero que hice luego de desayunar (sin correr a publicarlo a Twitter) y me reí tanto y con tantas ganas que no pude evitar empezar todo un drama alegórico explicando por que necesitaba esa historia. Eso...y por que mi querido escritor amigo me despertó cuando por fin había logrado conciliar el sueño, con el tono estridente que le asigné a mi teléfono (eso también es en parte mi culpa...pero quién demonios llama a la 1:30 de la mañana, y quien demonios contesta siempre!...nosotros, creo).
Me encantó tu historia, amigo escritor, aunque me hayás despertado, y tuviera pesadillas por tu culpa. Sin embargo, me doy cuenta que existe algo innegable de escritor en vos, que transforma hasta una nalgada a una vieja sucia y pervertida, dada por quizá el mas corriente de los chapines, en una prosa bastante interesante de leer, elegante pese a la sarta de malas palabras e imposible de olvidar. Hacés buenas las despertadas de los martes, ¡bendito sea el internet!

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