jueves, 23 de diciembre de 2010

fuck the sunshine

Contemos un cuento, un cuento extraño para ilustrar los contrastes que se pueden vivir en un país como que llamaremos, por diversión simple, Cocalandia, no por que circule mucha coca cola, o mucha cocaína, sino por que sinceramente, no tengo más ideas. En este país, vive, digamos también, Mariana, banana, sin una sola hermana, o con una, extremadamente parecida a ella.

Ayer, un miércoles común, corriente, y peculiar como los miércoles de su vida, ella decidió salir al exterior de su casa, la única casa en un pueblón viejo, pararse a la orilla de la carretera, y abordar un autobús del transporte público, por que le encantaba la sensación de vértigo....era casi una aventura extrema, por lo cual se sintió mal por las personas que tenían que hacerlo de forma rutinaria...ella no estaba muy convencida de llevar a cabo el viaje, y miraba con cierto resentimiento el carro último modelo parqueado en su patio, del cual, por supuesto, no tenía acceso a la llave, y lo más cerca que estaría del timón era el asiento del copiloto...

Volviendo al viaje, se subió a uno de esos autobuses de colores, donde el olor a humedad, los gritos estridentes, la gente pintoresca, las mujeres con uñas postizas, despintadas, y voz chillona, eran el plato fuerte. Resaltaba también la canción de un hombre gritando "vamo'hacerlo..." con un fondo reggeatonesco que le dió un poco de náusea. Su plan, descabellado desde el principio, era llegar a un parque al cual había ido en numerosas ocasiones con su padre, cuando era niña. Su único miedo (además del temor que empezó a destilar en su sangre cuando se subió un tipo que bien podría haber pertenecido a una pandilla juvenil, mara, ganga, etc, etc, etc, abordó la unidad y se quedó parado a unos pasos de ella, viendo todo, como un buitre hambriento) era que el parque no fuese lo que era antes...que encontrase basura, instalaciones desgastadas...eso, eso le corroía la mente.

Mientras el bus avanzaba por una semi autopista de concreto, y se adentraban en las profundas montañas de piedra, ella pensaba en cuantas veces había hecho ese recorrido cómodamente dormida, mientras alguien manejaba, mientras ella se distraía con las acuaerlas del atardecer, pensando como incorporarlas a sus pinturas...En ese momento, un tipo que la había estado viendo de forma sucia (eso pensó ella) se acercó lentamente, tratando de pegar su cuerpo desagradable a su muslo, mientras ella miraba con horror que nadie iba a hacer nada para defenderla. -Qué horror!-Pensó, mientras ideaba un método de escape...Dado que huir no era una opción (la alta velocidad, cobinada con la falta de habilidad del conductor, eran una receta para el desastre, si deseara saltar del bus en movimiento), y que no podía moverse (el espacio, reducido como dentro de una lata de sardinas) la única salida era hacer lo que sabía hacer, lo que había aprendido...defenderse. Asi que cuando el tipo se acercó, con la convicción de que ella iba a callarse, dejó, por un segundo, que creyera que se había salido con la suya. De inmediato, ella tomó una sobrilla que llevaba, y gritó, con toda la fuerza que pudo-Maldito corriente de m$%%&, si no quiere que le meta esta sombrilla hasta donde el sol no le da, le sugiero que se aleje de mí, y no vuelva a tocar otra mujer en toda su miserable e inútil vida!!!!-El hombre,  la gente en el autobús, todos en silencio, la miraron, la leyeron, la juzgaron...algunas de las horribles mujeres cuchichearon...y nadie dijo nada. Indignada, vió que debía bajarse, así que le dijo al piloto, con autoridad, que frenara, que agarraría sus cosas y se quedaría en ese lugar (oportuno, por que todo el mundo empezaba a verla como a un bicho raro). Un obstáculo final: Debía cruzar la autopista, en la cual pasaban camiones a velocidades ridículas, a las cuales, si la hubiesen impactado probablemente se hubiese sentido para el piloto como un mosquito superdesarrollado... Había llegado por fin al parque, y cuando sacó, por fin el importe de la entrada, encontró un letrero, grande y llamativo que decía, en letras color blanco que parecían reírse de ella, que le hicieron desear regresar a la ruta a ser atropellada por un camión:  ABIERTO DE JUEVES A DOMINGO.


jueves, 9 de diciembre de 2010

comiendo chocolate Hershey's, y volteando a ver el paquete para verificar que así se escriba. Mas profundo que el hoyo en un calcetin, que puede ser profundo si se estima la intersección de un plano en la figura proyectada por una parábola al girar alrededor del eje z...y se mide el volumen en M&M's, pero de las que no tienen manías. Manías son las que yo tengo, y que por tu culpa se intensifican y no me dejan dormir, por estar escribiendo. Empiezo a vivir de noche, por que me da pánico quedarme sola en mi habitación sin más compañía que mis pensamientos...y supongo que pienso cosas demasiado aterradoras. Funcionó (al menos para mí) sacar mi lado más poético y melancólico con alguien que no conozco, por que al menos me garantiza que tendré paz...para seguir siendo yo. Y eso me gusta.

martes, 7 de diciembre de 2010

Noche de domingo.

Por fín me decidí a crear un blog con una contraseña que recuerde. Y es que múltiples de mis escritos andan por allí, perdidos la web, quizá plagiados por alguna maraña de gente sin creatividad ni conciencia, o quizá olvidados por que los nombres de mis blogs son extraños. Quien sabe. Es como las tortugas, que dejan sus huevos en la playa, con la creencia y esperanza de que sus crías lleguen a la mar, ignorantes de las gaviotas, los cangrejos, y varios cazadores bípedos que se roban el motín para venderlo luego con jugo de naranja, alegando supuestas propiedades curativas (mire, ya no va a necesitar las pastillitas azules!)  y extinguiendo a estos bellos reptiles. Supongo que a mamá tortuga le importa un bledo, o quizá es la simple conciencia de saber que si paso media noche pariendo (pariendo digo, por que al final es un parto) más de cien huevos, le queda la certeza de que al menos uno sobrevivirá, para prolongar la especie. Curiosa manera de trabajar de la naturaleza, pero es inevitable adoptarla. De todos modos, mis historias, en general, son mitad real, mitad cuento Nunca sabrá nadie si lo que escribo es completamente falso, a menos que yo lo diga.

Anoche me dormí tarde, ridpiculamente tarde, solo para tener pesadillas con un par de lentes de montura cuadrada. Irónico, casi los vi corriendo con tijeras. Sin embargo, la razón de mi desvelo no fue otra que una pesadilla en la noche del domingo, quizá debida al desvelo del fin de semana, y la combinación de desayunar un burrito de pollo spicy de Taco Bell a las 5 a.m. el sábado...
Estaba en mi cama, serena, plácida, oyendo como shakira cantaba que está loca por su tigre, y buscando una emisora más decente...mi iPod estaba sin batería, por lo que no me quedó mas remedio que tratar de dormir con la música de mi celular (de la cual ya estoy aburrida) o poner la radio, lo cual explica por que estaba oyendo que alguien borró por ella. En un estado de limbo (ni domida, ni despierta, o como dirían, a punto de doblar si me tomo otro) sentí que algo se movía bajo las sábanas, un contacto no frío, como dicen muchos, sino suave,  tibio, pero profundamente irritante e incómodo. Recuerdo haber gritado con todas mis fuerzas (lo cual resplada la idea del sueño, por que no ví aparecer a mi madre con un bate de beisbol o mi vieja raqueta de tennis en la puerta de mi habitación, probablemete hubiese roto el cristal de la puerta) y al abrir los ojos, haber visto una figura alta, completamente oscura, solo una silueta, con el pelo completamente alborotado, y lo que parecía una sonrisa. Realmente no vi nada, solo supe que sonreía, pero no de forma afable y dulce. Al compás de un "Angel de mi guarda..." recitado, empecé a patalear y a lanzar golpes al aire, como diciendo-¡LARGO DE ACÁ, IDIOTA!- entonces, me desperté de lleno, dudando si moverme o no. Me sorprendió la idea de que en sueños, creyera que un par de puñetazos inexpertos (sin contar mis lejanos años en el karate) iban a disuadir a un espíritu del mal de comerse mi chi o algo así. Supongo que son los asaltos de la conciencia, aunque últimamente no he hecho nada malo.

El punto de toda la historia de los encuentros del tercer tipo es que, la noche del lunes, yo era un manojo de nervios y no podía conciliar el sueño. Me habían mandado a apagar las luces a las diez de la noche (momentos en los que extraño la quietud de mi apartamento cerca de la universidad) y tuve que obedecer. Al final, es la casa de mi madre y "mientras viva bajo su techo vivo.... bajo sus re-glas!". O algo así. De todas formas, estaba esperando la lluvia de estrellas. Dejé mi compu hibernando y fingí que dormía. Cuando escuché el habitual sonido de la pesada puerta de madera de su habitación cerrándose, salté de mi cama al sofá, y abrí esa miniatura de computador. De inmediato, al facebook, para evitar pensar en cosas mas trascendentes y entretenerme con la publicación de hechos triviales. El Twitter se me hace aún mas inútil, no me interesa saber que Sheldon Cooper va al baño a las 8:20 a.m. Me conecté a msn, por que tenía necesida de hablar con alguien, y me encontré a mi ágel de la guarda, nos pusimos a hablar por videoconferencia, detesto teclear si puedo evitarlo para hablar con alguien, es bastante impersonal. Ello provocó que me diera muchsísimo sueño, porque pude calmar mis nervios alterados, ese hombre es un genio. Eso es el humor marica, nervios de punta ante la menor provocación. Después, me encontré con otro amigo, que es para quien escribí esta historia, por que me inspiró con la suya...con la típica historia chapina. Leerla fue lo primero que hice luego de desayunar (sin correr a publicarlo a Twitter) y me reí tanto y con tantas ganas que no pude evitar empezar todo un drama alegórico explicando por que necesitaba esa historia. Eso...y por que mi querido escritor amigo me despertó cuando por fin había logrado conciliar el sueño, con el tono estridente que le asigné a mi teléfono (eso también es en parte mi culpa...pero quién demonios llama a la 1:30 de la mañana, y quien demonios contesta siempre!...nosotros, creo).
Me encantó tu historia, amigo escritor, aunque me hayás despertado, y tuviera pesadillas por tu culpa. Sin embargo, me doy cuenta que existe algo innegable de escritor en vos, que transforma hasta una nalgada a una vieja sucia y pervertida, dada por quizá el mas corriente de los chapines, en una prosa bastante interesante de leer, elegante pese a la sarta de malas palabras e imposible de olvidar. Hacés buenas las despertadas de los martes, ¡bendito sea el internet!

sábado, 4 de diciembre de 2010

Inspirado por Truman Capote

Llego al salón iluminado con lámparas amarillas. Nunca le había gustado la sensación que dejaba en la vista esas luces, pero se dió cuenta que aportaban calidez al ambiente. Quizá por ello consideraba necesario cubrir las lámparas teóricamente más eficientes que tenía en su apartamento (que emitían luz blanca) con pantallas de colores cálidos, para evitar el contraste frío de las paredes grises, que se humedecían por el viento húmedo y gélido que soplaba en esa zona de la cuidad. Un sitio agradable, pensó casi con nostalgia, recordando las pantuflas mullidas de color rosa que había dejado a cambio de unos altos zapatos negros, que le incomodaban horriblemente, pero la hacían ver más elegante y sofisticada que su habitual set de jeans y All-Stars raídos.
Se encontraba en un salón lleno de gente extraña, que pareció observarla con interés casi, casi con temor. Eran personajes demasiado peculiares para fijarse en ella, que habitualmente llamaba la atención por sus facciones angulosas y detalladas, por el vaivén de sus caderas y la actitud irreverente de una mujer que sabe que lo tiene todo. Sin embargo, esa aparente falta de interés quedó descartada en los cuchicheos que acompañaban cada uno de sus pasos, que somaban rítmicos como un tambor. Se asomó tímidamente al espejo del baño, y observó su cabello, brillante, claro, que cubría sus ojos maquillados de forma que se veía más grande (y quizá más peligrosa) de lo que realmente era. Se sintió pequeña e indefensa, en la soledad de quien está rodeado de desconocidos. Simplemente quería marcharse, pero su amigo que la había llevado desapareció entre los arbustos con un penetrante olor a hierbas quemadas, lo cual no era precisamente una sana combinación con alcohol para tomar un automóvil y volver a casa. Se sentó en una mesa y reconoció de inmediato a la chica del cabello naranja, ni rubio ni pelirrojo..naranja; la vió rodeada de admiradores, que se quedaron en silencio cuando se sentó en la mesa, casi sin respirar. La chica sonrió, de forma que todo el mundo se relajó, y ella de devolvió una sonrisa un tanto tímida, mientras revolvía un trago con el dedo, a falta de un agitador decente. -No hay nada para mezclar con el whisky-dijo en voz alta, como un pensamiento perdido. -El whisky no se mezcla con nada...No me gusta-Respondió una voz a su lado, mientras un chico pálido, de facciones amigables, y mirada tímida se sentaba a su lado. Llevaba puesta una cazadora negra, que acentuaba el contraste entre su piel pálida y su cabello oscuro. Tenía una nariz prominente que curiosamente se suavizaba con unos ojos que miraban con cautela, pero guardaban cierta dulzura, o demasiado bien educados para aparentarla. ella no respondió nada...pero se levantó, dejó su trago en la mesa...y volvió a los 5 minutos. -Era whisky o ron...arg-Dijo con una mueca ella, mientras tomaba una lata de cerveza del refrigerador. -Al final, me decidí por una cerveza-. El ruido de la lata la distrajo, ante la mirada perpleja del muchacho que encendió un cigarrillo extraño (dulce...) y le compartió sin reparos. Ella fumó, casi segura de que lo hacía por compromiso, más allá de por interés verdadero. Otro chico llegó a sentarse a su lado, de pinta interesante, como de artista, alto, delgado, con unos lentes cuadrados que lo hacían ver como un diseñador un tanto extraño, pero con un acento de masculinidad que compensaba la combinación de sus vaqueros ajustados con una chaqueta de lona perfecta. Le tocó la espalda mientras ella hablaba con el chico tímido de historias de borracheras, y le preguntó acerca de su vida, su carrera...era la primera vez que alguien se interesaba tanto en ella, y que a ella le interesaba tanto alguien. Sin embargo, había algo en la ausencia total de futuro con el chico tímido, en su valentía para ser el primero en hablarle...que llamó su atención, y no podía dejar de atraerla; pese a que las intenciones del chicho de lentes se veían mucho más serias. Fue de nuevo al tocador, mientras su amigo, con olor a hierbas, le dijo que el chico tímido...no era tan tímido como parecía. Ella sonrió, y salió del salón, a pretender que fumaba. Ni encendió el cigarrillo, siempre le había dado asco el olor  a tabaco. Sin embargo...bastó la pretensión de buscar luz para que en un segundo tuviera al chico pálido de la cazadora negra, con un Zippo encendido a su lado. -Gracias, sonrió ella, pero creo que no fumare hoy-. Sonriendo, caminaron hacia el parque, mientras el decía: -La verdad, nada sabe bien.-

miércoles, 1 de diciembre de 2010

El fantasma.

Leía sentada en la biblioteca, sin más entretención que una historia extraña donde los personajes eran tan improbables como hallar el bosón de Higgs en algo más que teoría...la comparación valía, pues la llamada partícula de Dios, era para ella, más o menos, la imagen de Dios que tenía ultimamente. Lo sabía existente, presente en su vida...pero se había alejado tanto del conocido "buen sendero" que se temía que Dios ya no iba a tomarse la molestia de acercarse a ella...Un cuadro de Jesucristo con la mirada hacia el cielo le parecía la observaba con un gesto reprobatorio, mientras pensaba en que se estaba desviando del cuento original que leía, anadiéndole drama, quizá un engaño pasional...demasiado aburrido para su gusto. Cuando terminó de leer la historia, se acercó un chico de profundos ojos verdes, y la observó con cuidado, antes de sentarse a un par de mesas de distancia.  Ella se sintió incómoda, porque en general disfrutaba más de la soledad, y la sola presencia de alguien más perturbaba su tranquilidad...Sin embargo, había algo en él que la incomodó más de lo usual. No podía ser su físico, pues no era particularmente guapo, pero en sí, era algo de su esencia que hizo que hasta los finísimos vellos rubios de sus brazos se erizaran. Quizá era la mirada, una mirada pura como un tanque, que parecía, en el fondo, ocultar algo oscuro...se le antojaba como una laguna cristalina y escondida donde alguien había arrojado un cadáver.
Nerviosa, decidió volver a dedicarse a lo que hacía, a inventar personajes para  cuentos demasiado aburridos que sin razón aparente, le quitaban la atención hasta antes que llegara el chico.
-Hola, me llamo Truman- dijo él, tendiéndole la mano, y con una sonrisa algo forzada que parecía como el resultado de horas de práctica frente a un espejo. Ella se sobresaltó, por que no se había percatado de que él se moviera, del sonido de sus pasos, de nada en lo absoluto...ella, que podía escuchar el susurro del más leve viento y hasta el caer de las hojas, oler cualquier olor, sentir cualquier movimiento...Cuando salió de su estupor, inevitablemente levantó la mano (cuando el misterio es demasiado grande, es imposible desobedecer) y estrechó, con dedos trémulos, la mano del chico. El se estremeció un poco al sentir la mano fría de ella, pero se sintió satisfecho de sentir que podía rodear completamente las finísimas manos de la chica con  la suya. Era una mujer hermosa, que no parecia pertenecer a alguna cultura conocida, por las caracteríaticas de su rostro...como alguien que debió nacer rubia, pero en su lugar era morena...inevitable pasar cerca sin deternerse a verla por un momento. Sin embargo, había algo en ella, en su presencia, que alejaba a la gente, que se sentía asustada de verla tan ausente mientras leía, o contemplaba un árbol, lo cual fue precisamente lo que le llamó la atención. En el momento que entró a la biblioteca, sintió que había algo especial allí dentro, y dejó que sus pies lo guiaran por donde les placiera...después de varios minutos de caminata, llegó hasta ella, y se sentó cerca, notando como hacía una mueca discreta de desagrado cuando se percató de él. Antes de eso, la había observado detrás de una estantería, mientras movía los labios, presumió el, leyendo un cuento interesantísimo, pues no parecía poder apartar su mirada del libro.

Ella se sonrojó, por que no pudo articular palabra alguna mientras él seguia estrechandole la mano...pasaron un par de minutos, hasta que por fin pudo soltarse y dar por toda respuesta una sonrisa. -Te molesta si me siento contigo? Estoy un poco aburrido-dijo. Ella, sin hablar, negó con la cabeza lentamente, ya sin sonreír. No supo porque no pudo decirle que no se sentara, que si le molestaba, que había algo en el aire gélido a su alrededor que le disgustaba. El se sentó, y lejos de tratar de entablar una conversación, empezó a tocar una melodía hermosa en una vieja armónica que sacó de su pantalón. La melodía le recordaba su caja de música, la que le había regalado su padre. Inevitablemente, relajó su exresión, lo cual fue tomado por él como una buena señal, puesto que sonrió por un segundo. Al momento en que esto ocurrió, ella recordó que estaban en una biblioteca,  y que iban a echarlos de allí, es especial por el eco que provocaban las notas al rebotar contra las magníficas estanterías. -Shhhhhh!!-dijo ella, mirándolo con una intesidad amenazadora. El bibliotecario parecía inmune a las notas, mientras seguía sellando los libros. Le preocupó la demás gente, pero al observar con detenimiento se dió cuenta que no había nadie, nadie más que ellos. Al realizar esta inspección, no se dió cuenta que el chico se acercó a ella, y al voltear, tenía sus pupilas inmensas frente a las suyas...tan cerca, que vió su mirada de asombro reflejada en los misteriosos ojos de él...Se moría por besarlo. Sin embargó, lo apartó de un empujón, y lo observó correr hacia la salida. Ya en ella, lo vió despedirse del bibliotecario, que lo saludó con una sonrisa cómplice. Y ella que creía que era un fantasma!
Su decepción fue mucha, pero no dijo nada. Ahora iría más frecuentemente a la biblioteca.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Me sente a escribir de noche, actividad que había abandonado hace mucho por mis estudios...que extraño es volver al mundo de las letras, donde tengo la curiosa y a la vez bizarra oportunidad de reinventarme y ser quien yo quiera ser. Peligrosa tarea, hasta cierto punto, por que ahondo en la profundidades mas oscuras de mi ser, que me ocultan más secretos de los que me gustarían, secretos que a mi misma me son ajenos y no soy capaz de develar. El perro está ladrando en medio de la noche, del frío de noviembre, de un noviembre que está grabado en mi conciencia con llamas, con fuego, con la histeria de una necesidad adictiva, con la intensidad de una noche de horror, digna de un cuento de Stephen King...y con la misma suavidad, dulzura, ternura que la mejor historia de un poeta desconocido. Ya no se quien soy, pero se lo que quiero, la más tragica confusion de mi vida.
Y también se lo que no quiero, y lo que no quiero es mas de esta vida donde no soy mas que para alguien. No puedo evitar sentir todo con intensidad. No medias tintas. Que me traería la vida si me dedicase para siempre a ella? A pintarla, a retratarla, a danzarla todos los días...y dejará atras el sueño de ser más que una mujer promedio, de inventar en la ciencia, de crear, de demostrar que es también un arte,  intentando ser perfecto y calculado, pero un arte el fin. En muchos sentidos, sigo siendo yo, pero sin saber quien soy. Y no cambio, pese a que me exterior cambia, se corroe, se desgasta...y no cambia mi mente en este cuerpo que crece, en este cuerpo que no sera eterno, me ahoga la idea de un legado que no he dejado...de un libro que no he escrito, de un arbol que no he plantado, y de un amor profundo que no he entregado a nadie.
Existe una voluntad suprema que nos escucha, que nos creo, que mueve al mundo, a la Tierra, al universo...y nos ve, nos ve tomando decisiones que nos hacen grandes, felices o miserables...ignorando que la unica necesidad, el unico vacio inllenable que llevamos dentro solo puede ser llenado por amor...
Y corremos vertiginosos, hacia el placer, el renombre, la tristeza voluntaria, todo, todo por sentirnos por un segundo mas cerca de ese lugar perfecto donde nada corre, donde el tiempo se detiene y lo vemos desfilar ante nuestras pupilas...

A la quinta potencia...

El amor es una combinación cuidadosa de hormonas, atraccion, estatus, apariencia, etc...o es eso el enamoramiento nada más? Que nos detiene, en esencia, de amar profundamene todo cuanto nos rodea? O que es aquello que nos hace amar, desear, necesitar desesperadamente aquello que nos hace daño, estar dispuestos a sufrir mil horas de atroz tortura por cinco minutos de paraíso? Y arriesgar aquello valioso dentro nuestro, entregar todo con amor...pese a que nos sabemos quiza no correspondidos... O podemos simplemente, dejar atras los sentimiento, y hacer las cosas por simple curiosidad...pero donde queda entonces el sentido, la pureza...aunque con ellos se va también la culpa, dijo cierta vez alguien con el que hablaba en el parque. Y que se hace entonces, con aquello que involucra amar de forma desinteresada (ciego...o estúpido?) a alguien que no nos ama realmente? A donde se va la culpa, el sentimiento de necesidad de ser correspondido...la innegable naturaleza humana que no nos deja amar si necesitar ser amados de vuelta...Ojalá fuese posible ser asi, amar, amar indiscutiblemente sin esperar un amor correspondido...sin sentir la añoranza profunda de que en realidad, no tengamos que ser tan duros por un momento, y podamos bajar la guardia...y confiar por un segundo...pese a que con las experiencias, se aprenda que no es lo mas corecto. Si le llamo idiota, a la quinta potencia, es por que no se da cuenta, ni jamas se dara cuenta, que es posible amar sin limites, sin barreras...y que no tiene mas que querer ver para ver que no esta tan lejos...pero aún, mas idiota quien le llama, por seguir creyendo ciegamente en la esperanza vana de que su mirada vaya mas lejos...
Cito de uno de los mejores libros de la historia...quiza el favorito..."Lo esencial es invisble para los ojos, solo se puede ver bien con el corazón"...y por mas que quiera enseñarle a ver...no me será permitido.